Solo con leer “Tammy and the T-Rex” te das cuenta de que vas a ver una película bizarra y sin ningún tipo de sentido. Y te va a dar igual.
Estamos ante una película la cual no sabría por dónde empezar por ser tan jo***** extraña.
En un principio vamos a comentar esa pelea cuerpo a cuerpo entre dos adolescentes con sonidos sacados del mismo Street Fighter y donde alguno saca a pasear su codo como si fuera una versión mejorada de Shawn Michael. Pero, sin duda, lo mejor de todo es el golpe final que se dan los dos chicos implicados en la pelea. Esa escena debería de estar en los libros de historia.
Por otro lado, tendremos a “los malos” sacados de una película de Austin Power que no son para nada importantes, a pesar de que todo el follón que sucede en la película es por su culpa.
Y para terminar con referente a los personajes principales, tendremos a una chica no muy bien de la cabeza o eso parece en algunos momentos. Pues en otros, cree plenamente a un dinosaurio con colmillos más grandes que su cabeza.
No puedo decir que no haya sido entretenida. Ha sido una película innovadora dentro del mercado de películas de bajo presupuesto, pues pocos directores se han atrevido a hacer que una chica se enamore de un dinosaurio “robótico”.
Aunque nada me sorprende una vez que conoces a los “policías” que controlan este pueblo tranquilo, dónde la mitad del pueblo es agradablemente absurda y la otra mitad es insoportablemente mala.
Y, para terminar, el final no me lo esperaba. Lo juro.
Yo solo puedo deciros que le echéis un vistazo. Simplemente por curiosidad ante una película donde un T-Rex tiene conciencia y termina enamorado de una chica.