No os puedo engañar, no sabía que me iba a encontrar y para mi sorpresa, he encontrado una obra maestra dentro del género ‘Comedia de terror’.
Cada escena, cada encuadre ha sido una genialidad por parte del director, haciendo que un simple sofá con botones que hacían de ojos, cobrase vida. No necesitaba más, simplemente con estar parado en una habitación con poca luz, ya provoca más emociones que muchas de las películas de Marvel.
También os digo, he leído que esta película tenía un presupuesto de un millón de dólares y, siendo honesto, no se donde se ha ido. Pues no da la impresión de costar tanto y cada escena parece haber ido con un presupuesto justo, pero la imaginación del director es lo que más destaco. No podría explicarlo con palabras, solo debéis verla y dar vuestra opinión sobre esta maravilla de película.
Eso sí, los diálogos no tenían ningún sentido en muchos momentos y los personajes parecían de trapo. Aunque eso queda en segundo plano, gracias a nuestro querido sofá.
Además, no es por ilusionaros, pero el final se queda abierto y espero que eso sea porque habrá una secuela. Por favor, Bernie Rao danos más películas como esta.