Atraco al furgón blindado es un magnífico ejemplo de cine negro de serie B: seca, directa y sin grasa. Fleischer imprime un ritmo impecable en apenas una hora, apoyado en una puesta en escena funcional, una fotografía de claroscuros muy bien trabajada y un suspense que crece escena a escena, especialmente en el control policial y la persecución final. No hay psicología profunda ni moralinas, solo crimen, método y consecuencias, con un William Talman frío y calculador que domina la función. Cine conciso, eficaz y sorprendentemente moderno, cuya influencia posterior se deja notar sin esfuerzo.
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Atraco al furgón blindado es un magnífico ejemplo de cine negro de serie B: seca, directa y sin grasa. Fleischer imprime un ritmo impecable en apenas una hora, apoyado en una puesta en escena funcional, una fotografía de claroscuros muy bien trabajada y un suspense que crece escena a escena, especialmente en el control policial y la persecución final. No hay psicología profunda ni moralinas, solo crimen, método y consecuencias, con un William Talman frío y calculador que domina la función. Cine conciso, eficaz y sorprendentemente moderno, cuya influencia posterior se deja notar sin esfuerzo.