Crítica

Para ser honesto estaba esperando una película de terror al más puro años 70, pero termina en una historia light erótico.

Sin embargo, aunque no haya sido la película que esperaba, ha sido bastante ligera con respecto a historia, a pesar de que al principio no sepas hacia donde va, ya que, desde mi punto de vista, el director José Ramón Larraz no elige muy bien el ritmo.

Luego, con el paso del tiempo, da un giro que esperaba cualquier espectador y ofreciéndonos un final que, por mucho que duela, iba a terminar tal cual guste o no.

Será una película que ha pasado completamente desapercibida y que a mí no termina de convencerme por esa trama que no sabe muy bien como empezar, pero tiene algo, que la hace única y, lo más importante, real.