Thriller psicológico con dos partes definidas a partir de la aparición de Colin Farrell.
La anterior, donde un sugerente asesino en serie acaba con un ramillete de víctimas a las que le causa la muerte sin dolor, sin ningún nexo de unión aparente a parte de la metodología para causar el homicidio. Jeffrey Dean Morgan, siempre brillante y triste en sus interpretaciones, y la guapa Abbie Cornish en su papel de psiquiatra de campo, no tienen más remedio que acudir a un antiguo doctor, Anthony Hopkins, que posee poderes premonitorios y que se encuentra retirado devastado por el dolor de la pérdida de su hija.
Después de una serie de flashback y flashforwards que se suceden sin aparente orden ni función, la investigación les lleva a conocer la mitad de la resolución del enigma, el porqué actúa así el asesino. Nos queda descubrir su identidad.
Y claro, en los títulos de crédito aparece Colin Farrell, que abruptamente hace su entrada en escena. Y con su aparición, se acaba toda la magia y la intriga a la que hasta ese momento, de una forma brillante diría yo, nos lleva el director Afonso Poyart.
Y ya sólo nos queda la resolución, el final que ha orquestado el guionista y el director para ponerle un broche del metal que el espectador considere a esta historia. Y aunque el dilema moral existe, y todos nos lo hemos planteado o nos lo plantearemos a lo largo de nuestras vidas, a mi me parece un tanto decepcionante.
Con todo, notable película con el aroma a los thriller añejos, alguno de ellos protagonizados por el magistral Anthony Hopkins. Mi nota, un 7.
Tengo entendido que esta película estaba destinada en un principio a ser la secuela directa de "Seven" y ambas están escritas por el mismo guionista (Andrew Kevin Walker), pero tanto el director (David Fincher) como los protagonistas (Morgan Freeman y Brad Pitt) se negaron a hacer dicha secuela. Por tanto, se realizaron algunos cambios en el guion y la trama para convertirla en una película independiente.
En esta ocasión, dos agentes del FBI (Jeffrey Dean Morgan y Abbie Cornish) recurren a una persona con el don de la clarividencia (Anthony Hopkins) para ayudarles a capturar a un asesino en serie que siempre parece ir varios pasos por delante.
En mi opinión resulta un buen producto del género suspense y no precisamente por desconocer quién será el asesino Spoiler Se ha ocultado el texto para evitar spoilers, pulse en este mensaje para mostrarlo.(Colin Farrell aparece en portada, cosa que me parece un grave error), sino por el debate moral interno que cualquiera puede tener al desvelarse las motivaciones de dichos asesinatos.