Es el tema de moda en todos los ámbitos, también el policial. Mientras la policía judicial (Lluis Homar) busca pruebas físicas para acreditar sin ningún géneros de dudas un asesinato realizado por miembros del propio cuerpo, éstos (José Coronado) van poniendo la zancadilla a sus compañeros para evitarlo.
Para ello chantajean a un convicto (Miguel Ángel Silvestre) ofreciéndoles a cambio de un asesinato la libertad.
Hasta ahí, un thriller correcto con incierto final, donde puede ocurrir cualquier cosa. Sin embargo, el recluso, una vez en libertad, y apelando a su conciencia, conoce a la esposa del asesinado por él y mantiene una relación sentimental, lo que les pone a ambos en el punto de mira de ambos sectores policiales. (Sorprendente actuación de Belén López en una excelente interpretación.
Bonito el guiño al noble arte, al mundo del boxeo al que pertenecía Silvestre, que con la intervención de un gran Federico Luppi todavía se ennoblece más a la vista de su reacción.
Película correcta, con un guión un tanto enrevesado que poco a poco se va deshilvanando, hasta llegar a un final más que plausible. Película que no es peor producto que las americanas que pululan por nuestros cines, y que es perfectamente exportable.
Mi nota, un notable, 8.