La inmensidad del mar eclipsada por el agobio de un submarino claustrofóbico, estrecho hasta decir basta.
Una tripulación amontonada, sin apenas espacio vital y con la amenaza siempre presente, no sólo de la marina británica, sino de enfermedades como el escorbuto.
En esta película, más que un espectador, eres uno más de la tripulación del submarino. Y vale la pena serlo.
votos
La inmensidad del mar eclipsada por el agobio de un submarino claustrofóbico, estrecho hasta decir basta.
Una tripulación amontonada, sin apenas espacio vital y con la amenaza siempre presente, no sólo de la marina británica, sino de enfermedades como el escorbuto.
En esta película, más que un espectador, eres uno más de la tripulación del submarino. Y vale la pena serlo.