A pesar del sensible final, Spielberg baraja otros dos alternativos en la misma cinta. Eligió éste, como pudo elegir cualquiera de los otros dos.
Hay que sopesar el largo camino del caballo desde su nacimiento hasta el final de la película, pasando de mano en mano, de enemigos acérrimos en su afán de quitar la vida al contrario, hasta buenas personas de ambos bandos que cuidan del animal, un caballo que sabe adaptarse a las diferentes circunstancias para sobrevivir, como si de un verdadero soldado se tratara, incluso defiende hasta la muerte a su amigo, el caballo negro.
Sermón moralizante en esta película por parte de Spielberg haciendo ver la locura de las guerras, el absurdo de las confrontaciones entre naciones sin saber porqué se lucha más allá de sobrevivir al día siguiente para matar o morir.
Gran escena de la liberación del caballo entre el soldado inglés y el soldado alemán, como si ambos se liberaran de sus propias ataduras, quizás lo mejor de la película que es un canto a la desmilitarización, a la paz, a erradicar las guerras donde siempre sufren más los más inocentes, los más débiles.
Sensibilidad especial siempre la Spielberg, también con los animales. Notable, 8.