Quitando la primera temporada, el inicio de cada temporada es (aparentemente) bastante flojo, pero no hay nada que no remonte en el final de temporada.
Una serie que es equitativa en cuanto al cast, contando historias de personas con una gran escala de grises, que no tiene miedo de preguntarse cosas de actualidad y que ojalá fuera el reflejo de una realidad, no sólo una ficción.
El punto de partida es la situación social (que incluye todo tipo de noticias de actualidad) pero ojalá ver esos puntos de vista y reveses liderados por trabajadores.
Es buena y merece la pena (y la paciencia).
Problematicas, sobre todo en la segunda y tercera temporada, limitadas al mundo pijo progre yanki y a la ideología woke y queer.