Primera Temporada.- La desaparición y secuestro de un niño británico en Francia durante la disputa del Mundial de Fútbol, impulsa una investigación que se extiende en el tiempo durante prácticamente una década.

Extraordinario guión, aunque a mí me recuerda la tragedia de la niña Melody, también británica que desapareció en Portugal y de la que no se tienen noticias, y brillante dirección, con especial protagonismo al triángulo formado por el Inspector principal del caso, Julien Baptiste, interpretado por Tchéky Karyo, y los padres, Emily y Tony, interpretados por Frances O´Connor y James Nesbitt.

La historia superpone la investigación circunscrita al momento de la desaparición, y la resolución del mismo, al menos desde el punto de vista policial, ocho años después.

En el transcurso de ese tiempo, que conlleva grandes cambios en todos sus protagonistas, tanto a nivel físico como psíquico, nos presentan un pequeño abanico de posibilidades, donde la presencia de dos pederastas de diferentes edades y clases sociales nos lleva a pensar que el niño se encuentra en manos de uno de estos execrables monstruos, depredadores sexuales a los que había que erradicar de la faz de la tierra.

Exquisita producción, donde se intercalan los idiomas francés e inglés, dependiendo de dónde se encuentre, lo que me ha hecho desempolvar mi francés, donde se narran los hechos sin prisa, pero sin pausa, intentando que el espectador siga con cierta facilidad los avances en la investigación, y los retrocesos, donde nos ponen en el lugar de los padres, en esos sentimientos encontrados de culpa, de terror, de remordimiento, de furia, de violencia, y también de resignación y desengaño.

La resolución de esta primera temporada es convincente, demoledora, sorpresiva para el 99% de los espectadores, con un último episodio titulado "Hasta la muerte" que hay que ver para tomar postura sobre la resolución del caso.

Valoro con un notable, 8, esta primera entrega, con esta temporada autoconclusiva.

Se anuncian nuevas temporadas con el personaje de Baptiste como hilo conductor.

Segunda Temporada.- El único nexo de unión de ambas temporadas es el detective francés Julien Baptiste y su esposa, y el caso de desaparición, en esta oportunidad de dos niñas de poco más de diez años.

La segunda temporada se centra en el 2014 en una sección del ejército británico en la ciudad de Heckhausen en Alemania, donde sirve el soldado Sam Webster, cuya vida y la de su esposa Gemma, sufren un fuerte golpe cuando su hija de once años Alice desaparece años atrás en el 2003.

Sin embargo sus vidas dan un vuelco cuando un oficial de policía les revela que han encontrado a su hija viva, quien afirma que había sido secuestrada y retenida junto a una joven francesa llamada Sophie Giroux, que había desaparecido casi al mismo tiempo que ella. Nuevamente el detective Julien Baptiste no puede resistirse, y termina involucrándose en el caso, ya que había estado a cargo de la investigación de la desaparición de Sophie años atrás.