Segunda película de este excelente thriller de investigación criminal, donde tenemos a los mismos protagonistas, Nikolaj Lie Kaas y Fares Fares,en los papeles de Carl y Assam, uniéndose al equipo Johanne Louise Schmidt en el papel de Rose, que actúa como secretaria del equipo.
Dirigida también por Mikkel Norgaard, la trama nos conduce a la muerte de dos hermanos en extrañas circunstancias nunca resueltas suficientemente, porque se condenó por sus muertes a un enajenado que cumplió una corta condena.
Tras el suicidio del inspector que se hizo cargo del caso, el Departamento Q se hace cargo de la investigación lo que les lleva a un colegio elitista donde deben buscar la relación entre el enajenado culpable, que no estaba tan enajenado, y los estudiantes.
Como siempre que hablamos de la élite, el fantasma de la corrupción está detrás manchandolo todo y nuestra pareja de detectives, con sus humildes medios, se enfrenta a la creme de la crema de la sociedad danesa, con implicaciones en todos los puestos de poder, incluso el político.
A mí personalmente, una vez conocidos los protagonistas de la anterior entrega, esta me ha gustado más y me parece mejor, y me relamo pensando en las dos películas que aún me quedan por ver.
Sobresaliente, 9.