Si por algo se ha caracterizado Kevin Costner es por sus grandes interpretaciones en ese género que decayó y que nuevamente intenta irrumpir en Hollywood, el viejo y añorado western. Papeles como el de Wyatt Earp y sobre todo la dirección y también interpretación de la obra que le encumbró, "Bailando con lobos", y la que nos ocupa, hablan a ciencia cierta de su talento para la dirección e interpretación de este género.

"Open Range" se ocupa de la trashumancia del ganado desde los lugares donde se crían hasta los mercados donde se venden o hasta la estaciones de ferrocarril que los transportan. La vida de aquellos hombres, habitualmente con un pasado que trataban de ocultar y un incierto futuro, es lo que representa esa primera hora de cinta, donde no sólo Costner, sino también los personajes del inadaptado Abraham Benrubi, penalizado por su peso y su corpulencia para ser vaquero, y el chaval interpretado por Diego Luna, al que recogieron de la basura de las calles siendo niño, ahondan en las vidas errantes de estos vaqueros, con las estrellas como techo y la naturaleza virgen como vivienda. Una curiosidad de la película es como utiliza la lluvia y la tormenta como el contrapunto a la tranquilidad de la conducción del ganado.

Además, Costner protagoniza la película junto al gran Robert Duvall en el papel de "Jefe" Spearman, hombre duro y firme, pero también con el poso que te deja la veteranía, la edad, la sapiencia, con esa elegancia de la gente hecha a sí misma, con esa educación que se mama en la cuna y se despliega a lo largo de toda una vida.

Y desde luego, no olvida que esto es un western, y que siempre existe gente noble y gente pérfida y malvada. Y lo deja muy claro en los primeros encuentros, donde se ve cristalino que no son trigo limpio y que el problema está servido. Y finalmente el encuentro para resolverlo, donde sólo habla la ley del gatillo, donde los disparos suena como cañonazos y los cuerpos vuelan cuando el plomo llega a las entrañas en esas extrañas coreografías de los duelos grupales vistas mil veces, y vueltas a ver como si fuera la primera vez dada la plástica y la violencia de las mismas, donde en fracciones de segundo se juega uno la vida o la muerte, donde se forjan las leyendas, donde eres el héroe o el villano.

Y para que no falte nada, la chica y los amores imposibles del antiguo oeste, con una atractiva Annette Bening en su madurez esperando su hombre que lógicamente es nuestro protagonista.

Clint Eastwood, John Ford, Howard Hawks hubieran firmado este western. Quizás sea el camino que deba seguir un Kevin Costner que se ha perdido en otros géneros y que en este tiene su casa. Sobresaliente, a punto de matrícula de honor. Un 9.