"Creo que estamos ante mi mejor obra", dice Pitt en la última escena. Desde luego Tarantino te puede gustar más o menos, pero sin duda sus obras llevan su firma, genuina e inimitable, como el diálogo en el comienzo de la película que convence al granjero, inigualable, pleno de talento y expresividad.
Esa mezcla entre la obra maestra y la serie B es el sello de un Quentin Tarantino incompareble, todo genio y figura. Sus obras pueden pecar de excesiva violencia, del uso de la sangre por litros, de los diálogos más extravagantes y de los más profundos, de hacer una película utilizando el cine como escenario, de ser un genio y también un villano...
Se ha dicho todo ya de Tarantino, y yo también he dejado mi opinión, a lo que hay que añadir su excelente manejo de actores, con un Christoph Waltz al que yo he apreciado como actor bajo la batuta de Tarantino y un Brat Pitt inconmesurable. Destacar también el gran papel de Diane Kruger.
Sobresaliente, 9, para esta tarantina.