Impecable factura de Baltasar Kormákur en la filmación de esta historia real sobre una de las muchas tragedias que año a año se producen en este mundo del alpinismo deportivo. Grandes e inmensos paisajes, como no podía ser menos, rodados en el mismo Himalaya. banda sonora imprescindible, con grandes silencios cuando ocurren los hechos álgidos y trágicos, como para no enmascararlos dada su crudeza y realidad, para retratar esa pasión por el peligro, y esa necesidad humana de sobrevivir, aún a riesgo de perder tu propia vida en el rescate del semejante en apuros más allá del altruismo o el egoísmo, dependiendo de la persona en cuestión.
En una de las escenas de la película alguien pone en duda la necesidad de escalar estas grandes montañas poniendo en peligro sus vidas, y en concreto el Everest, y la respuesta, en la que varios se muestran de acuerdo es " porque está ahí".
Reseñar por último que como casi todo en el mundo, el montañismo deportivo se ha convertido en otro negocio, como bien muestra la película, donde escaladores de prestigio, a cambio de dinero, promueven expediciones para coronar los grandes picos mundiales, a lo que se prestan acaudalados personajes ya en edad madura por lo que este tipo de accidentes, dada su dudosa forma física, se pueden producir con más facilidad.
Me ha gustado, y la recomiendo al público en general al no dejar de ser una experiencia aleccionadora. Mi nota, notable, 8.