Aunque basada en hechos reales sobre un caso de candente actualidad, la serie se basa en la novela de ficción de Nacho Carretero sobre las vicisitudes del caso de Pablo Ibar, sobrino del gran boxeador español Urtain, condenado a muerte por un crimen que siempre ha negado haber cometido.
Movistar se lanzó a producir la serie mientras aún se desconocía la Sentencia y el equipo se encontró, mientras la rodaba, con la noticia de la misma.
Qué difícil es ir contra una Justicia que no quiere admitir sus errores, que ha ejecutado a incontables inocentes en el rodillo de unos procedimientos carísimos que el 95% de los americanos no se pueden pagar.
El estado español, por lo que yo tengo conocimiento, apoya a Pablo Aibar y a su familia, además de que existe una cuenta abierta por su familia española para que el que quiera pueda realizar los donativos que crea oportuno para afrontar los gastos de su carísima defensa, aunque el resultado sigue siendo incierto.
Una gran calidad, unas excelentes interpretaciones con Miguel Ángel Silvestre a la cabeza que se metió en la piel de Pablo, una preciosa historia de amor a través del cristal del penal y más de 25 años de reclusión de un inocente de raíces vascas sobrino de aquel gran boxeador, José Manuel Urtain.
Notable, 8.