Como todas las películas basadas en hechos reales, esto es lo que hay. Algo más puede expandirse en el relato el guionista exprimiendo la realidad, y algo más de espectacularidad le puede dar el director, pero los hechos son los hechos y a ellos hay que ceñirse.
La historia, con una excelente fotografía de un bosque otoñal, con todos los matices y coloridos de las hojas de los diferentes árboles (pinos, robles, hayas....), con el agua corriendo por doquier y una pareja de humanos de ciudad, como cualquiera de nosotros, que no salimos del recorrido guiado y señalado, y cuando lo hacemos nos perdemos, y entra en juego nuestra vulnerabilidad y fragilidad cuando nos sacan de nuestro hábitat, cuando nos enfrentamos a la naturaleza viva y real, donde el depredador no es el hombre cuando no dispone de armas, cuando lo único que le queda es el propio instinto de supervivencia.
Con todo, interesante y entretenida. Un aprobado, 5.