Historia biográfica de la primera mujer que como manager o representante de boxeadores se alzó con el título mundial.Una Meg Ryan encasillada en sus papeles de musa romántica e ingenua, después de pasar por el taller de la cirugía estética, da vida a aquélla mujer sin llegar a convencernos del todo con esa sonrisa angelical de la dura negociante que una promotora debe desplegar para crecer en un mundo de tradición machista. Sin llegar a convencernos, y habida cuenta de que el buen doctor-boxeador de House (Omar Epps) no da la talla y no da credibilidad en el papel de un negro boxeador barrio bajero, y bajo la dirección de Charles S. Dutton tanto en la película como en el papel de entrenador, protagonizan esta poco convincente película que dejará cierto poso en los amantes del noble arte, aunque los combates no sean muy explícitos y no acaben de explotar la autenticidad, la nobleza y la dureza de este deporte que muchos amamos. Un notable bajo,7, para una distinta Meg Ryan, a la que recordaremos por otras películas.