Pueril comedia romántica, aderezada con un tono aventurero a la hora de buscar un tesoro, con chistes fáciles y absurdos, personajes lelos y estereotipados, donde únicamente, y no siempre, el saber estar de Donald Sutherland se contrapone a la soberana estupidez y chabacana historia que nos ofrece Andy Tennant que se ha columpiado olímpicamente con este guión insulso y sin sentido.
La pareja protagonista, que ya ha repetido en este difícil arte de la comedia romántica, de forma aleatoria se divorcia y de forma aún más tonta se vuelve a enamorar, en un sinsentido total y absoluto que no lleva más allá de un bochorno y un aburrido cruce de declaraciones, que no diálogos trabajados, en esta fallida película, por llamarla algo.
Decepcionante, un 3.