Clerks III sigue siendo fiel a su esencia; personajes estancados que parecen vivir en una eterna adolescencia, una película rodeada en un halo de nostalgia, como sus antecesoras. Pese a mantener esa esencia, consigue añadir toques originales a través de nuevos y armónicos personajes, así como un final emotivo mediante la ruptura de ese estancamiento, representado por esas 4 paredes (el videoclub) que en el fondo no dejan de ser el paraíso del director; su refugio y el de sus personajes. Un refugio que deviene en zona de confort y los paraliza, sólo quedarán liberados cuando consigan salir de allí. Por eso el final rompe con esa inmovilización, con ese estancamiento.
Importante también atender a los créditos, ya que Kevin Smith aporta información valiosa sobre la película y el futuro de sus personajes, dejando entrever si hará o no otra entrega (a buen entendedor, pocas palabras).
Muy muy floja, aun con la emotiva última parte no es suficiente para llamarse Clerks III, solo para incondicionales amantes de Kevin Smith. Es bastante triste que un tío que en apenas 5 años nos dejó Clerks, Mallrats, Chasing Amy y Dogma, haya acabado así. Ni de lejos es lo peor de su filmografía, ésta se puede disfrutar por momentos, pero esperaba que al menos cerrase la trilogía a lo grande...
Le doy un 5 porque menos me dolería.