Drama carcelario basado en hechos reales sobre un nuevo alcaide que acude a una prisión como un preso más para comprobar las condiciones de vida de los reclusos. Está perfectamente explicada su desarrollo en la sinopsis, y es absurdo reiterar lo mismo cuando todos la pueden leer.
Uno de los mejores papeles de Robert Redford, y como curiosidad, la presencia de un desconocido y joven Morgan Freeman, como principales argumentos para verla, amén de ver cómo la corrupción imperaba en EE UU entre todos los estamentos, desde el gobernador, hasta el senador, como la Junta de Prisiones, los funcionarios de la cárcel y los presos de confianza, además del resto de ciudadanos y empresarios que se lucraban de mano de obra esclava con el trabajo gratis de los reclusos.
Documento histórico del trato recibido en el país de la libertad, donde siguen ajusticiando en muchos Estados donde está vigente la pena de muerte a menores, disminuidos psíquicos y cualquiera que caiga en sus garras, sea culpable o inocente, que a veces es lo de menos. País formado por los presos que los ingleses mandaban a sus colonias, cuna de la esclavitud más abyecta, con los derechos civiles recortados y creyéndose a sí mismos los salvadores del mundo. Dios, sea el que sea pues allí se rinde pleitesía a todos más los que se inventan, nos pille confesados.
Sobresaliente, 9.