No hay nada que pueda afectar más a un vampiro que el aroma de los ajos, la belleza de la plata o el calor del sol. Y de eso se trata en esta nueva entrega dirigida por Guillermo del Toro, de mejorar a los vampiros para que puedan disfrutar de los placeres que les son negados por su propia naturaleza gótica y romántica.
Previamente, una par de sorpresas y una belleza, Kris Kristofferson se apunta a la nueva cinta, no en vano le mordieron los vampiros y por ello accede a la vida eterna, y aparece una nueva raza, los segadores, un engendro entre vampiros y aliens. Para aderezar todo, una guapa vampiresa, Leonor Varela, enfundada en cuero, para alegrar la vista tras tanto horror.
Repite la fórmula de la primera, sangre a raudales, como no podía ser de otra forma, coreografías de peleas muy elaboradas, escenarios sugerentes, formación de un grupo para frenar la nueva raza, donde los vampiros ahora son los héroes y los segadores los malos, y un Wesley Snipes que ha nacido para encarnar "al que ha visto el sol".
Notable, 7.